El entrenador burgalés de fútbol, Rodrigo Hernando, charla con Burgos Deporte de la nueva organización de la Segunda División B, del final de la presente temporada para el Mirandés y la Arandina, y del futuro que le espera a los diferentes clubes en el curso poscoronavirus.
“Intentar profesionalizar al 100% ese tercer escalón a mí me gusta, pero hay que hacerlo bien”, destacaba Rodrigo Hernando sobre la creación de la Segunda División B Pro, en la que debería haber “un control económico sobre los clubes”.
Para el técnico burgalés, el formato de esta nueva categoría es “muy atractivo” y de modo de funcione correctamente, debería establecerse una normativa “a nivel global”, con acciones como “fomentar un número determinado de jugadores sub23 para que no se devalúen esos jóvenes valores”.
No obstante, para llegar a ese paso, todavía tendrá que completarse la temporada 2020/21 en Segunda B con un modelo que deberá englobar a 100 equipos en cinco grupos, dentro de los que se generarán dos subgrupos en cada uno de ellos. “Cuesta mucho hacerse a la idea porque es una situación totalmente nueva”, apuntaba el entrenador, que añadía que “hay que adaptarse”.
La concentración de tantos grupos en la categoría, con unos posibles nueve rivales únicos para cada equipo no es completamente del agrado del burgalés, pero entiende que “es un peaje que nos va a tocar pagar a todos” y teme que “tantos grupos puedan devaluar un poco la temporada que viene”.
Mirandés y Arandina, una temporada por finalizar
“Hay que cuidar mucho al futbolista en esta preparación”, enfatizaba Hernando sobre la competición que se resolverá en las próximas semanas en Segunda y en Tercera División. El objetivo primordial “es no perder jugadores para esa semana clave”, en la que resulta una “incógnita el ritmo de competición” al que “todos van a llegar en las mismas condiciones”.
En el caso del Mirandés, será “una oportunidad”, ya que el parón llegó en un momento afortunado para “esos equipos que venían en una dinámica más negativa”. El entrenador burgalés comentaba que trataría este final de temporada como “una liga muy corta”, en la que “los tropiezos se penalizarán”, pero donde “cualquier equipo que tenga una buena racha puede ser capaz de meterse arriba cuando en la situación anterior era una cosa prácticamente impensable”.
Para la Arandina, la pausa por el coronavirus le pilló “en un momento muy dulce”. Sin embargo, el playoff final para resolver los equipos que suben de categoría tendrá presente al cuadro ribereño, un “claro candidato a ascender” con “muchas opciones de pelearlo”.
El panorama futbolístico pospandemia
El burgalés recalcaba que “nada va a ser igual en ningún ámbito de la sociedad” y tampoco lo será en el mundo del fútbol. “Esos traspasos millonarios que se pagaban en la élite no se van a pagar”, aventuraba, y agregaba que “el fútbol más modesto también se va a ver muy afectado”, por lo que “se va a tener que reinventar”.
Rodrigo Hernando señalaba que siente un cierto “vértigo” al ver a clubes que en las últimas semanas han estado con la actividad parada y que ahora “empiezan con renovaciones, con fichajes…”. El entrenador reconocía: “A mí me gusta tenerlo lo más planificado posible”, pero la situación provocará que las entidades se vayan “reestructurando sobre la marcha” a nivel económico. Por ello, advertía: “Luego tendrán que hacer sus números porque a día de hoy ningún equipo sabe con qué presupuesto van a contar”.