Supera a Puente Genil y logra la permanencia a falta de tres jornadas para el final.
El Tubos Aranda Villa de Aranda seguirá en la Liga Plenitude ASOBAL la próxima temporada. El triunfo ante Puente Genil por 28-25 permite a los amarillos disfrutar por novena vez en sus 25 años de historia de la máxima categoría del balonmano nacional. Noticia, no por esperada, tremendamente celebrada por todo el Santiago Manguán.
El aficionado amarillo comienza el partido en el Santiago Manguán en ese momento en el que busca su camiseta en el armario o toma esa bufanda que en tantas batallas lo ha acompañado. Desde el canterano que se sienta en la grada para ver al equipo en el que sueña jugar, hasta el anciano que ha vivido, sufrido, disfrutado y padecido ascensos, descensos, victorias y desencuentros. Porque ser del Villa de Aranda es ser arandino, un sentimiento… como bien refleja uno de los cánticos de la afición. Un sentimiento con el que la Liga Plenitude ASOBAL volverá a contar la próxima temporada… porque este sábado, si, Aranda seguirá siendo de ASOBAL.
Eso fue lo más importante de una victoria que tuvo que trabajar el equipo tras un partido incómodo marchado por una deslucida primera parte (13-12) y tras una segunda en la que puso todo en orden para desilusión de los cordobeses que se mantienen en puestos comprometidos (28-25)
Con los ramalazos de Mosquera y Tamayo el equipo logró ponerse por delante antes que Samu Saiz y Dalmau mandaran el partido al +3 (10-7) pero la escuadra de Bustos sabía que a falta de cuatro jornadas había mucho en juego y se puso por delante (10-11) en la parte final de un primer tiempo espeso. Los amarillos supieron resolver la situación. Rogonovs, Berbel y Dalmau firmaron el 13-12 con el que se llegó al final de la primera parte.
Si todo va mal… aparece el Yellow Power
La segunda parte inició con la frustración de ver como las decisiones arbitrales caían del mismo lado y como los errores se precipitaban con el paso de los minutos. La expulsión de David López y un Puente Genil que se aferraba al partido (18-17) no presagiaban buen final.
Pero siempre se impone la lógica y aparece el Yellow power. Ese sentimiento, que unido al talento de un equipo incansable, hace que los partidos en el Santiago Manguán sean diferentes. Los amarillos se sobrepusieron con resiliencia. Balón para el +5 y Puente Genil se puso a dos goles. E incluso 23-22. Pero todo quedaba para el talento, la ambición y un final de los que gustan en el feudo de las Tierras del Duero.
Tiempo muerto de Javi Márquez con 24-23 y bola para abrir brecha, pero con todo llegó el 25-25 a falta de dos minutos para el final. Nadie dijo que fuera sencillo. Y en eso el Yellow Power apareció para que Pinillos, Dalmau y Rogonovs resolvieran, cerraran y mandaran el partido al 28-25 para hacer explotar el júbilo en un Santiago Manguán que sigue siendo de ASOBAL.
