Una temporada más el tema del traspaso del Burgos CF a nuevos propietarios vuelve a resurgir y provocar incertidumbre en el peor momento de la temporada.
Que los actuales propietarios del Burgos CF están esperando la oportunidad de traspasar la entidad a otros propietarios a cambio de una suculenta cantidad de dinero no es ningún secreto.
Se puede constatar que prácticamente desde que tomaron la riendas del club blanquinegro han tenido esa idea en la cabeza y todas las temporadas el asunto ha saltado a la palestra en determinados momentos. Hasta ahora no han encontrado el comprador que buscan, aunque intentos fallidos no han faltado.
El asunto siempre se reproduce por estas fechas y también coincidiendo con el final de la temporada y no deja de sembrar incertidumbre y sensaciones que en nada benefician al equipo, los empleados del club y la afición en general.
Además, como ya es habitual, la transparencia de la situación, la información oficial sobre las intenciones y las gestiones realizadas, brillan por su ausencia. Las noticias se publican, se multiplican los medios interesados que las reproducen y nada se afirma o se desmiente desde el club, por lo que entendemos que todo lo que se dice o escribe es susceptible de convertirse en realidad, aunque en anteriores ocasiones, todo ha quedado en nada.
No es la primera vez que el grupo mayoritario de las acciones, Yucón, ha estado a punto de aceptar alguna de las ofertas recibidas. En estos momentos hay versiones que dan al Burgos por vendido, un acuerdo apalabrado, consistente y cerrado, visto para la firma en su momento, si es que las condiciones no cambian, es decir, si el Burgos CF mantiene la categoría. Otras versiones, por el contrario confirman un principio de acuerdo, un inicio del traspaso del Burgos, con desenlace final al término de la temporada.
En el fondo, según la propia versión echa pública en numerosas ocasiones por los responsables del grupo Yucon, actual propietario del Burgos CF, de lo que se trata es de que la entidad pueda crecer y pueda acometer metas mayores para las que parece que los empresarios de aquí no cuentan con los recursos ni con las posibilidades de gestión necesarias para conseguirlo, por lo que se mira hacia afuera, como ya sucedió y sigue sucediendo en otros clubes españoles, con capital extranjero, que en unos casos ha logrado su objetivo, pero en otros ha terminado minando los clubes y dejándoles al borde de la desaparición. Hay de todo.
Lo cierto es que en este momento en el que el equipo blanquinegro necesita más tranquilidad de nunca, ante una temporada que se le está atragantando fuera de casa y a cuatro puntos de los puestos de descenso, no es el mejor momento para estas historias. Y no estaría de más que algún responsable del Consejo de Administración saliera a tranquilizar al personal, que reclama conocer de fuente directa lo que está pasando. Pero es una petición ingenua que nunca es atendida.
En cualquier caso, al margen de cifras, grupos empresariales y plazos, lo importante es que la entidad quede en manos responsables y que siempre sea posible recurrir a un paracaídas de Burgos para cualquier caso de emergencia, que puede sobrevenir en cualquier momento en que las cosas se compliquen y las inversiones no sean demasiado rentables.
Esto es fútbol, esto es negocio, esto es actualmente el Burgos CF. Por si no lo sabían.
